Esta mañana, el Centro de Salud La Luz ha amanecido más oscuro y gris. Una de sus luces ha dejado de brillar. La Dra. Francisca Gonzalez Santos, Paqui para todos nosotros, nos ha dejado para siempre, y con ella se han ido su eterna sonrisa, su espíritu luchador y sobre todo su fuerza. Porque si algo ha caracterizado siempre a Paqui ha sido su capacidad para seguir adelante y no dejarse vencer por los problemas. El amor por sus hijos y sus ganas de vivir eran su energía, hasta que su cuerpo ya no pudo aguantar más.
Hoy no sólo se ha ido una gran doctora y una gran mujer, se ha ido sobre todo una persona maravillosa. Esta mañana en nuestro centro se ha apagado una luz, y ésta noche habrá una estrella que brille más en el cielo.
Quiero dedicar un poema a Paqui que escribí a mi abuela cuando murió. Creo que resume lo que en estos momentos podemos sentir los que hemos tenido la suerte de conocerla.
Descansa en paz compañera. En el Centro de Salud La Luz te llevaremos siempre en el corazón.
"Ya no estás entre
nosotros
decidiste abandonar.
Tu alma quería
seguir,
tu cuerpo no pudo
más.
Ya no hay brillo en
tu mirada;
tu voz no se oye,
tu luz se apagó.
Ya no estás entre
nosotros
no podemos verte más.
¿Y tu alma tan
fogosa?
tu alma ¿dónde
estará?
Con su fuerza, su
energía,
su enorme vitalidad.
Como un volcán
que ahora duerme
pero quiere
despertar,
y la lava que
desprende
en la tierra
permanece
para el volcán
recordar.
Así es tu alma
Paquita;
eterna como la lava,
fogosa como el
volcán.
Tu alma no ha muerto
nunca;
Tu alma no morirá."
Tu alma no morirá."
Laura.-
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