domingo, 13 de noviembre de 2011

Mi cuidadora especial

Crecí viendo como mi madre cuidaba de mi hermana pequeña. Todo lo que le enseñaban en el hospital lo hacía con primor: los ejercicios de rehabilitación, los juegos educativos para estimular sus sentidos,  las papillas nutritivas, las curas... Fue el motor,  todo funcionaba con su trabajo y su fuerza, sin alardes. No se quejaba, solo se alegraba de los avances, los pocos que hubo y trabajaba duro. Su rutina fue un derroche de amor hacia los demás. La admiro, es mi heroína.

                                                                            Eloísa.-

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