miércoles, 22 de octubre de 2014

Recomendaciones dietéticas para personas con gases

La mayoría de las personas eructan como resultado del gas ingerido durante las comidas, ya que el estómago no produce aire o gas por su cuenta. En ocasiones se indica tratamiento médico, pero la mayoría de las veces se mejora con algunas recomendaciones.
La sensación de tener lleno el estómago ocurre después de comer, produciéndose contracciones de manera desordenada en estómago e intestino delgado. Este dolor agudo y punzante localizado en el abdomen se denomina flato y es debido a la producción de gas por parte de bacterias intestinales. Estas bacterias se alimentan de hidratos de carbono y azúcares que en altas concentraciones son las responsables de la producción de los flatos, por ello se recomienda que sean disminuidos en la dieta.
Una vez descartado cualquier problema en el intestino, siga estas recomendaciones dietéticas para saber qué tipo de alimentos son los que más le producen gases. Puede hacerlo de dos maneras:
  • Continuar comiendo normalmente, pero elimine un tipo de alimentos de los que producen gas durante una semana. Si no mejora, tómelo de nuevo y elimine otro tipo de alimento por una semana más. Así hasta que consiga disminuir los gases.
  • Restringir de forma importante todos los alimentos que producen gas durante 3 o 4 días. Luego introduzca un alimento durante 3 o 4 días y si no le causa problemas puede mantenerlo en su dieta. Si le produce muchos gases elimínelo y vaya al siguiente alimento. Así hasta que consiga saber los alimentos que le producen gases.
Los alimentos productores de gas no deben ser totalmente eliminados de la dieta, pueden ser consumidos ocasionalmente en pequeñas cantidades.

También puede seguir las siguientes recomendaciones para reducir el eructo:
  • Reducir el número de eventos o celebraciones que aumenten la ingesta de gas
  • Evitar tomar pipas, goma de mascar, caramelos duros, cigarrillos, beber en botellas con la boca estrecha y tener las prótesis dentales flojas
  • Evitar alimentos que producen gas como las gaseosas, medicinas efervescentes y bicarbonato sódico.
  • Comer despacio. Comer con líquido añade grandes cantidades de aire al estómago
  • No trague aire de forma deliberada para eructar.
Alimentos aconsejados

• Leche y lácteos: leche entera, semi o desnatada -depende de las necesidades individuales-, pero en especial, se recomienda consumir con mayor frecuencia los derivados lácteos menos grasos. 
• Carnes, pescado, huevos y derivados: todos, con la frecuencia que marcan las recomendaciones de alimentación equilibrada 
• Cereales y patatas: todos salvo los indicados en "alimentos permitidos y limitados". 
• Legumbres: lentejas, garbanzos, alubias, habas, guisantes... Se recomienda combinar solo con patata o arroz y verduras, y si aun así no sientan bien, pasarlas por el chino o pasapurés para eliminar los 'hollejos' y mejorar su digestibilidad. 
• Verduras y hortalizas: todas salvo las flatulentas, preferiblemente una ración diaria en crudo (ensalada). 
• Frutas: todas salvo las indicadas en el apartado de "alimentos limitados". 
• Bebidas: agua, caldos, infusiones suaves y zumos naturales. 
• Grasas: aceites de oliva y semillas (girasol, maíz, soja...), mantequilla, margarinas vegetales.

Alimentos permitidos
 (Consumo moderado y ocasional)

• Leche y lácteos: batidos lácteos, postres lácteos tipo natillas, flan, arroz con leche. Carnes semigrasas, jamón y fiambres magros y otros embutidos más grasos. 
• Cereales: cereales de desayuno integrales y muesli, según tolerancia individual por su contenido en fibra (véase ' recomendaciones dietéticas'). 
• Bebidas: zumos comerciales azucarados, bebidas refrescantes sin gas de extractos de frutas no azucaradas. 
• Otros productos: miel, mermeladas, bollería y repostería sencillas (las que en composición más se parecen al pan: bollo suizo, bizcochos de soletilla), helados y sorbetes, mayonesa.

Alimentos limitados
 (Consumir de forma esporádica o en pequeñas cantidades)

• Leche y lácteos: leche condensada y lácteos con nata o enriquecidos con nata, helado y queso
• Carnes grasas, carne cocida dos veces o muy condimentada, productos de charcutería y vísceras
• Cereales: pan fresco recién horneado tipo baguette y pasta poco cocida (fermentan en el estómago y crean molestias), galletas rellenas o bañadas con soluciones azucaradas o chocolate, etc. 
• Legumbres: aquellas que se cocinan con ingredientes grasos de origen animal (chorizo, morcilla, tocino, etc.). 
• Verdura flatulenta: alcachofas, col, coliflor, brócoli, coles de Bruselas, pimiento, pepino, rábanos y rabanetas, cebolla, puerros y ajos. 
• Frutas: fruta en almíbar, frutas secas y frutas confitadas. 
• Bebidas: café y té fuertes, bebidas con gas, bebidas con chocolate y bebidas alcohólicas de baja graduación (cerveza, vinos de mesa, sidra)
• Grasas: nata, manteca, tocino y sebos. 
• Otros:
 pastelería y repostería rellenas, con chocolate o bañadas en soluciones azucaradas, golosinas y dulces, frutos secos, etc. 
• Edulcorantes:
 
azúcar común o sacarosa, fructosa y jarabes de glucosa.







domingo, 12 de octubre de 2014

La Gripe

Todavía en pleno siglo XX eran posibles las grandes epidemias, sin fronteras y fuera de todo control. La última, iniciada en 1918, fue la “gripe española”.
Paradójicamente, España no fue el foco, aunque en su momento así pudiese parecer, por la especial virulencia y por la publicidad inmediata. Lo cierto es que en muchos otros países la epidemia ya estaba haciendo estragos cuando empezaron a publicarse las primeras noticias sobre sus efectos en España […]
La epidemia, de hecho, fue mundial. Su transmisión se vio favorecida por el transporte de tropas durante la guerra, como en tantas otras ocasiones anteriores.[…] La evaluación de sus efectos es todavía hoy materia polémica. No sólo la propia guerra mundial, sino la situación revolucionaria en Rusia o la falta de registros e información en buena parte del mundo, hacen que las evaluaciones vayan desde los 25 hasta los 200 millones de muertos, y es posible que llegase a infectar a prácticamente la mitad de la población mundial, de la cual el 25% habría mostrado efectos clínicos.


Dávila BE. La gripe española: la pandemia de 1918-1919.
Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas, 1993.


       La gripe es una enfermedad respiratoria aguda, causada por el virus influenza. Tiene un comienzo brusco con fiebre, cefalea, mialgias, debilidad y afectación de las vías respiratorias.
       El agente viral causante se subdivide en tres géneros: A, B y C. El tipo A no sólo afecta a la especie humana, también a otros mamíferos (como el cerdo) y a las aves, permitiendo fenómenos de recombinación genética e infecciones cruzadas entre distintas especies. Esta gran variabilidad antigénica es la responsable de las grandes epidemias de gripe sufridas por la humanidad. Los géneros B y C son patógenos exclusivamente humanos. El B suele originar brotes benignos y limitados, mientras que el tipo C, el menos frecuente de los tres, se aísla en brotes de muy escasa extensión.

       En nuestro medio, la gripe estacional aparece anualmente en otoño-invierno. Aunque la extensión y gravedad de los brotes de gripe son muy variables, suelen provocar una morbilidad considerable en la población general y un aumento de la morbimortalidad por complicaciones de la enfermedad –especialmente neumonía– en ancianos y personas con enfermedades crónicas.
       Niños y jóvenes tienen las tasas de ataque más altas y una mayor capacidad de difusión del virus en su entorno (excretan virus en mayor cantidad y durante más tiempo). Las complicaciones en la etapa infantojuvenil son frecuentes pero generalmente leves, siendo la otitis media la más habitual, aunque la neumonía es la principal causa de hospitalización, siendo más frecuente en menores de 5 años y en niños afectos de patología crónica, sobre todo respiratoria, cardiovascular y oncológica. La tasa de hospitalización es tan elevada en niños como en ancianos.

             Los fallecimientos son debidos al virus gripal (neumonía primaria gripal), a sobreinfecciones bacterianas o a la descompensación de procesos crónicos. El virus de la gripe provoca inmunodepresión y una enorme destrucción del epitelio traqueobronquial, lo que favorece las sobreinfecciones bacterianas.
       Los brotes de gripe originan mayor utilización de los servicios sanitarios (sobre todo médicos de cabecera y servicios de urgencias), incremento de los ingresos hospitalarios, sobre todo por complicaciones del tracto respiratorio inferior y un importante absentismo laboral y escolar.
       Dentro de la prevención de la enfermedad, la principal medida es la vacunación anual de la población de riesgo durante el otoño.

       Las epidemias de gripe se asocian a variaciones en la composición antigénica del virus, lo que obliga a fabricar una vacuna nueva, de composición diferente, cada año.

       Desde el punto de vista socioeconómico, la gripe representa un enorme impacto por el enorme absentismo laboral y escolar que produce. Supone varios días de baja por caso, aparte de las ausencias laborales de adultos que han de cuidar a hijos o ancianos enfermos de gripe.


Composición de la vacuna

       La vacuna antigripal más habitual en nuestro medio es la de virus inactivados, de la que existen varios subtipos de efectividad semejante:

  • Enteras: Fabricadas con virus enteros.
  • Fraccionadas: Se fabrican mediante ruptura de la membrana lipídica del virus, fraccionando y purificando los componentes antigénicos.
  • Subunidades: Contienen exclusivamente los antígenos de superficie purificados (hemaglutinina y neuraminidasa).
  • Otras: Virosómicas y Adyuvadas      
    La composición de la vacuna suele variar cada año, con objeto de adaptarla a las variaciones antigénicas del virus. Las vacunas comercializadas desde hace décadas son trivalentes y se componen de dos cepas de virus tipo “A” y una de virus tipo “B”.
      
Eficacia vacunal

       La eficacia de la vacuna de la gripe, para prevenir o atenuar la gravedad de la enfermedad, depende de la edad del vacunado, de su situación inmunitaria y de la semejanza entre los virus incluidos en la vacuna y los virus circulantes.

Indicaciones de la vacuna antigripal

       La vacuna está especialmente indicada en los siguientes grupos de riesgo:

- Grupos de alto riesgo sanitario:

  • Patologías crónicas: insuficiencia cardíaca, coronariopatías, valvulopatías, diabetes,EPOC,fibrosis quística, displasia broncopulmonar, asma e hiperreactividad bronquial,síndrome nefrótico, glomerulonefritis crónica, insuficiencia renal, hepatopatías, enfermedad inflamatoria intestinal crónica.
  • Síndrome de Down y otras enfermedades genéticas graves.
  • Obesidad mórbida.
  • Infección por VIH.
  • Cuadros oncológicos
  • Otras inmunodeficiencias congénitas o adquiridas.                     
- Personas mayores de 65 años de edad .
- Residentes en instituciones geriátricas, aunque no sean ancianos.
- Colectivos dedicados a servicios públicos imprescindibles para la comunidad, como personal sanitario, docentes, policía o bomberos.
- Potenciales transmisores de la gripe a grupos de alto riesgo, como personal sanitario, personal de residencias de ancianos y hospitales de enfermos crónicos y cuidadores o convivientes con estas personas.
También deben vacunarse los niños que convivan con personas de edad avanzada o con enfermedades de base. Es aconsejable la vacunación de los trabajadores de guarderías.
- Mujeres en el segundo o tercer trimestre de gestación durante la temporada gripal (Noviembre a Marzo).
- Viajeros a zonas epidémicas (coincidiendo con época de gripe).

Contraindicaciones

       Las contraindicaciones son: presencia de enfermedad aguda con fiebre superior a 38ºC. e hipersensibilidad a algún componente vacunal, como proteínas de huevo o antibióticos. En este caso, y siempre que sea posible, se aconseja utilizar otra marca de vacuna que no contenga el componente implicado.

Efectos adversos

       Dada la alta purificación actual de las vacunas, los efectos adversos son escasos; alrededor del 20% padece reacción local, con dolor local y eritema, de aproximadamente dos días de duración.
      Las reacciones generales pueden ser: fiebre, mialgia, malestar general,... Debutan a las 6-12 horas de la vacunación y duran 24-48 horas.

                         Eloisa

Fuente: "Guia de Atención enfermera en vacunaciones" Autor: Juan Francisco Rufino González

domingo, 5 de octubre de 2014

Decálogo del buen envejecer

Ser mayor no significa ser viejo. Ser mayor es solo cuestión de números. Lo importante está en el interior, es tu espíritu, tu forma de sentir el paso del tiempo, lo que te hace sentir mas o menos joven. Hay personas mayores de edad con un espíritu joven y a otras que siendo más jóvenes le pesan los años.
Es verdad que el físico se va deteriorando, eso es inevitable, pero también es verdad que si se afronta de manera positiva se adaptará uno mejor a esos cambios.
Esta semana, con motivo de la celebración del Día Internacional de las Personas Mayores, la Asociación de Mediadores para los Mayores y su Entorno (AMME) ha lanzado su Decálogo del buen envejecer. 
Quiero compartirlo con vosotros porque nos hará reflexionar sobre la importancia de saber envejecer bien. Todo depende de nosotros, de nuestra predisposición para afrontar el paso del tiempo. Si no podemos evitar cumplir años, al menos vamos a hacerlo bien. 
El Decálogo dice así:
  • Canta, ríe, sueña, y sé un mayor que vive plenamente.
  • Siéntete a gusto contigo mismo, y sé el mayor que quieres ser.
  • Piensa que cada día tienes algo nuevo que aprender, y sé un mayor que transmite sabiduría
  • Vive tomando tus propias decisiones, y sé un mayor protagonista de tu historia.
  • Comparte solidariamente tu vida, y sé un mayor que se siente útil y necesario
  • Dedica tiempo a tus relaciones personales, y sé un mayor que no teme a la soledad
  • Trata de comprender a los demás, y sé un mayor comprendido.
  • Pon el acento en lo que permanece, y sé un mayor con menos sentimiento de pérdida.
  • Intenta adaptarte a los cambios con aceptación, y sé un mayor que enseña a saborear la vida.
  • Conservando la ilusión por la vida, nos haremos mayores sin darnos cuenta.

Debemos tomarnos la vida como un regalo y dar a diario las gracias por poder disfrutar de cada instante y hacerlo con ilusión . Esto nos ayudará a crecer como personas, a crecer en sabiduría, en comprensión y a tomar conciencia de como construir nuestro propio envejecimiento. Pero sobre todo nos hará sentirnos grandes.

                                              Laura.-

"Hay grandes hombres que hacen a todos los demás sentirse pequeños, pero la verdadera grandeza consiste en hacer que todos se sientan grandes." Charles Dickens 

Libro recomendado: "Envejecer bien"

Envejecer y mantener una buena calidad de vida es posible
Envejecer no tiene por qué ser un obstáculo para disfrutar de una buena calidad de vida. Aunque el proceso natural de envejecimiento no pueda evitarse, este libro tiene por objeto preparar a las personas para encarar la vejez de la forma más conveniente, a fin de llegar a esa última etapa de la vida en las mejores condiciones posibles, valiéndose por sí mismas hasta el final en la medida en que su salud lo permita.
Porque, como señala el autor tras haber atendido a muchas personas mayores en su dilatada trayectoria como médico, muchos padecimientos de la vejez podrían evitarse si en el camino de la vida nos condujésemos adecuadamente. Para ello, conviene cobrar conciencia cuanto antes, en fases mucho más tempranas, de todos los factores que pueden condicionar un envejecimiento patológico, y actuar en consecuencia.

"Envejecer bien consiste en tener algunas cosas claras antes, mucho antes, de cuando creemos iniciar la recta final". Josep Cuní

Autor: Miquel Vilardell

Colección: Actual

Formato: Rústica con solapas

ISBN: 978-84-15880-50-9

Páginas: 128

Precio: 16.00