Soy enfermera desde hace más de 25 años; nunca pensé que
terminaría ejerciendo ésta hermosa profesión, pero el destino me llevó hasta
ella y poco a poco se fue metiendo por mis venas hasta que me atrapó. Hoy en día no concibo mi vida dedicándome a otra cosa. Cuidar,
ayudar a los demás, es algo que me gusta, en lo que pongo mi empeño cada día e
intento hacerlo lo mejor que sé.
Mirar al paciente a los ojos, sonreírle, cogerle las manos y
ofrecerle tu apoyo…en definitiva, ponerse en su lugar cuando está pasando por
una difícil situación….también forma parte de nuestra labor, una parte muy
importante. Son muchas las ocasiones en que el paciente eso es lo que necesita,
incluso a veces es lo único que busca, y si lo encuentra en su enfermera, o en
su médico nos demuestra una satisfacción y un agradecimiento al que nosotros en
esos momentos no damos valor, pero es algo que no tiene precio.
El amor, las muestras de afecto y de cariño también ayudan a
curar. El amor de tu familia, de tus amigos, se agradece sobremanera cuando se
está pasando un mal momento, es un amor que esperas y deseas, un amor
incondicional que necesitas, que te hace más fuerte y te ayuda a ver la luz. Pero
el cariño y las muestras de afecto de un profesional hacia un paciente, no es
algo que éste reciba siempre, pero si es algo que espera y desea, sobre todo cuando lo está
pasando mal Y esas muestras de afecto también ayudan a curar.
Una mirada tranquilizadora, una sonrisa, un gesto amable también deben formar parte
del tratamiento que le vamos a administrar al paciente ya que en la mayoría de las
ocasiones tienen el mismo efecto curativo.
En ésta semana he tenido ocasión de comprobarlo; he estado en el otro lado, en el lado del paciente, del paciente que espera, del paciente que tiene miedo, nerviosismo, temor a lo desconocido....
He necesitado el amor incondicional de los míos y lo he tenido. No hay nada mas grande que saber que te están esperando al salir de una prueba, escuchar "animo" cuando las lágrimas resbalan por tus mejillas y que te den calor cuando tu corazón se siente frío y con dolor. El amor de mi familia, de mis amigos, su apoyo y su entrega me han servido para ser fuerte y no perderme en un túnel.
Y he necesitado las muestras de afecto y apoyo de compañeros de profesión y también las he recibido. Y me he sentido agradecida con ellos, agradecida por su eficiencia y profesionalidad, pero sobre todo agradecida por esa mirada tranquilizadora, por esa sonrisa de apoyo, por esa mano en el hombro, por ese “no te preocupes que todo va a salir bien”, por tantas palabras de ánimo, me he sentido agradecida por tanto amor. Y al mismo tiempo, me he sentido orgullosa, orgullosa de ser enfermera, de ser sanitaria, orgullosa de nuestros profesionales y orgullosa de formar parte de un sistema que estoy convencida que sobrevivirá a cualquier crisis, precisamente porque la gran mayoría de las personas que formamos parte de él tenemos mucho que ofrecer y tanto amor que dar que entre todos “sanaremos” nuestra sanidad. Porque el amor ayuda a curar, si amamos nuestra sanidad también ayudaremos a salvarla.
Gracias a todos por tanto amor
Laura.-
"¿Dónde han ido a parar las flores? Flores corrientes, sencillas: una sonrisa, una palabra amable, un gesto amigable. Cultivemos flores en nuestro corazón". Jose Joaquín Muñoz.
"¿Dónde han ido a parar las flores? Flores corrientes, sencillas: una sonrisa, una palabra amable, un gesto amigable. Cultivemos flores en nuestro corazón". Jose Joaquín Muñoz.
Te queremos todos, un beso enorme y ánimo guapísima.
ResponderEliminarlaura no dejas de sorprenderme; La ENFERMERA que describes no se aprende, se lleva dentro; te quiero
ResponderEliminarmremem
hablar hoy en día de AMOR, donde solo hay egoísmo es muy grande; que razón tienes;
ResponderEliminarmremem
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