Existen dos
tipos de apneas:
- Apneas obstructivas: en ellas se produce un cierre de la vía respiratoria superior, y por tanto el aire no puede pasar a pesar de los esfuerzos respiratorios de la persona.
- Apneas centrales: en ellas las órdenes que vienen del sistema nervioso, para poner en marcha los mecanismos respiratorios, se detienen debido a alguna anomalía en distintas localizaciones del sistema nervioso.
El aumento del
número y de la duración de las apneas, es lo que se conoce como síndrome
de apneas de sueño.
La mayoría de
las apneas durante un síndrome de apneas de sueño son apneas obstructivas, las apneas de tipo central son menos
frecuentes.
Se estima que el síndrome de la
apnea obstructiva del sueño, (SAOS) afecta entre el 2% y el 4% de la
población adulta, aunque sólo entre un 10 % y un 30 % de la población está
correctamente diagnosticada y tratada. Es más frecuente en varones de mediana
edad y se ha observado que el 60 por ciento de los pacientes que la padecen suele tener
problemas de sobrepeso. Las personas con este síndrome suelen ser obesas y
tener el cuello corto y grueso.
Causas
Todos los
músculos del cuerpo se relajan durante el sueño, incluidos los que ayudan a
mantener las vías respiratorias abiertas permitiendo que el aire fluya a los
pulmones.
Normalmente, la
parte superior de la garganta permanece algo abierta durante el sueño para
permitir el paso de aire. Sin embargo, algunas personas tienen una zona en la
garganta más estrecha y cuando los músculos se relajan durante el sueño,
provocan una pausa en la respiración de más de 10 segundos denominada apnea.
Todos tenemos
breves apneas a lo largo del sueño. Son fisiológicas y no alteran para nada la
calidad del descanso nocturno. Sin embargo las apneas prolongadas y
repetidas, producen una serie de complicaciones, como la mala calidad del descanso,
debido sobre todo a los pequeños despertares que producen.
El ronquido en
las personas con apnea obstructiva del sueño es causado por el aire que trata
de pasar a través de la vía respiratoria estrecha. Sin embargo, todas las
personas que roncan no tienen por qué padecer apnea del sueño.
Hay otros factores que aumentan el riesgo de
padecerla:
- El tamaño excesivo de la lengua
- El tamaño grande del velo del paladar o de
la campanilla
- La obesidad
- Algunas enfermedades pulmonares o
respiratorias
- En los niños puede ser importante el tamaño
de las amígdalas y de las vegetaciones
- La utilización de determinados fármacos que
pueden deprimir la función respiratoria
- Dormir boca arriba también aumenta los
episodios de apnea del sueño
Síntomas
Una persona que padece de apnea obstructiva del sueño a menudo no es
consciente de los episodios durante la noche. Suele ser el acompañante el que
observe la existencia del ronquido y
las pausas frecuentes en la respiración.
La persona con apnea obstructiva generalmente comienza a roncar muy
fuerte poco después de quedarse dormida. A menudo, el ronquido se vuelve más fuerte
y luego es interrumpido por un largo período de silencio durante el cual no hay
respiración. Esto va seguido por un fuerte resoplido y jadeo, a medida que la
persona trata de respirar. Este patrón se repite durante la noche.
Así, las personas se despiertan cansadas
por la mañana y se sienten soñolientas
y adormecidas a lo largo del día, y
suelen presentar los siguientes síntomas:
- Actuar
malhumoradas, impacientes o irritables
- Ser
olvidadizas
- Quedarse
dormidas mientras trabajan, leen o ven televisión
- Sentirse
soñolientas mientras conducen o incluso quedarse dormidas al conducir
- Tener
dolores de cabeza difíciles de tratar
Tratamiento
El objetivo del tratamiento es mantener las vías respiratorias abiertas,
de manera que la respiración no se detenga durante el sueño.
En los casos leves, los
siguientes cambios en el estilo de vida
pueden aliviar los síntomas de apnea del sueño en algunas personas:
- Evitar
el alcohol y los sedantes a la hora de dormir
- Evitar
dormir boca arriba
- Bajar
de peso, soluciona un alto porcentaje de casos de apnea
En situaciones de gravedad, aunque
actualmente no existe un tratamiento farmacológico eficaz, el especialista
prescribirá una CPAP. La presión
positiva continua en las vías respiratorias (CPAP, por sus siglas en inglés) se
administra por medio de una máquina con una máscara facial ajustada. El
generador de presión transmite, a través de una mascarilla nasal, una presión
continua a la vía aérea superior impidiendo que ésta se cierre. Según los
especialistas, esta mascarilla suele tener un efecto rápido haciendo
desaparecer los ronquidos nocturnos y la somnolencia durante el día. Este
tratamiento no suele tener efectos secundarios graves y en el caso de que éstos
aparezcan son transitorios y desaparecen tras las primeras semanas. Aunque es un
tratamiento muy efectivo para controlar la enfermedad, tiene el
inconveniente de que no la cura y hay que mantenerlo toda la vida.
La cirugía está recomendada
cuando existen algunas lesiones como pólipos o hipertrofia de las amígdalas,
cuando existe obesidad mórbida o bien cuando la mascarilla no es bien tolerada
porque exista algún daño en la vía aérea superior.
Pronóstico
Las personas con apnea del sueño mal tratada con frecuencia tienen:
- Un
aumento en la ansiedad y depresión
- Una
pérdida de interés en el sexo
- Desempeño
deficiente en el trabajo o la escuela
- Hinchazón
de las piernas, si la apnea es grave
Además, puede
ocasionar diversas complicaciones entre
las personas que lo sufren:
- La hipertensión arterial está presente en el 50 por ciento de los pacientes y es frecuente la aparición de arritmias durante el sueño además de la insuficiencia cardíaca.
- También aumenta el riesgo de sufrir accidentes cardio y cerebrovasculares, como el ictus y el infarto de miocardio.
- Existe el doble de riesgo de sufrir accidentes automovilísticos, por conducir mientras se tiene sueño
- Aumento de accidentes laborales, por quedarse dormidos en el trabajo.
Laura.-
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