Una enfermedad peligrosa
El tétanos es una enfermedad grave, a veces mortal, causada por el Clostridium tetani, una bacteria que se encuentra en la materia fecal de los animales y del hombre, en el suelo y en la tierra. En estos sitios vive en forma de esporas, que son altamente resistentes al calor, a los desinfectantes y a los antisépticos. Cuando la bacteria contamina una herida, comienza a producir una toxina que actúa como un veneno: se difunde a través de los tejidos, afecta al sistema nervioso y causa la enfermedad, cuyas manifestaciones más frecuentes se ven reflejadas en el sistema muscular, con rigidez y espasmos.
La forma de protegerse contra la infección del tétanos es mediante la vacuna, que está indicada, incluso durante el embarazo, para prevenir el tétanos neonatal.
Generalmente, se asocia al tétanos con heridas producidas por metales oxidados. Sin embargo, esa no es la principal fuente de contagio. Las heridas potencialmente tetanígenas son las llamadas "heridas sucias": es decir las contaminadas con tierra, materia fecal, saliva, las heridas punzantes y las provocadas por armas de fuego, entre otras.
Vacuna antitetánica: ¿cuándo aplicarla?
La mejor manera de prevenir esta grave enfermedad es con la inmunización antitetánica.
En la infancia, se realiza mediante la vacuna quíntuple (antitetánica-antidiftérica-antitosferina-antihaemophilus influenzae tipo b-antipoliomielítica), que se administra a los 2, 4 y 6 meses de vida, con un refuerzo a los 18 meses. Más adelante, a los 6 años, el niño recibe un nuevo refuerzo con la vacuna triple bacteriana. Luego, a los 14 termina su primovacunación con la vacuna doble adultos (antitetánica-antidiftérica).
Un adulto debe haber recibido al menos 5 dosis de vacuna a lo largo de su vida para considerarlo bien vacunado. A partir de la adolescencia, si se ha completado el calendario recomendado (6 dosis de vacunación antitetánica), pueden no ser necesarias más dosis de vacuna hasta los 60-65 años.
Además de tener la vacunación antitetánica en regla, ante las heridas es importante el lavado y realizar la cura adecuada.
En determinadas ocasiones especiales y ante dudas sobre el estado vacunal, puede ser recomendable la administración de una inyección de gammaglobulina específica antitetánica.
Me he hecho una herida ¿debo vacunarme?
Vale la pena destacar que cuando una persona sufre una herida potencialmente
tetanígena y tiene su calendario de inmunizaciones al día, no hace falta que
reciba la vacuna, siempre y cuando no hayan transcurrido mas de 10 años de su
última inmunización, y valorando siempre el tipo de herida. En ese caso, es suficiente con realizar una minuciosa higiene de la zona con abundante agua y jabón. Si han pasado más de 10 años, según el tipo de herida se decidirá la aplicación de la vacuna y de la gammaglobulina.Y recordar que:
“DOSIS PUESTA, DOSIS QUE CUENTA”
Las embarazadas también
Durante el embarazo, la aplicación de la vacuna antitetánica previene el tétanos neonatal, que puede producirse cuando la bacteria contamina el cordón umbilical. Las defensas, otorgadas por la vacuna, atraviesan la placenta y protegen al bebé desde antes de su nacimiento. No hay evidencia de que la vacuna contra el tétanos provoque daño al bebé, de manera que puede administrarse a todas las mujeres embarazadas que no tengan contraindicación para recibirla.
Si la futura mamá recibió la vacuna doble en los últimos años y tiene su calendario completado, no hace falta que vuelva a ser inmunizada. Si la futura mamá tiene el calendario de inmunización antitetánica completo pero transcurrieron más de 10 años del último refuerzo, debe aplicarse una dosis de la vacuna doble adultos entre el quinto y el séptimo mes de gestación.
Efectos adversos de la vacunación antitetánica
En cuanto a los efectos adversos, la vacuna antitetánica puede provocar enrojecimiento, hinchazón y dolor en el sitio de aplicación (brazo en los niños a partir del primer año de vida y en la pierna en los menores de esa edad), y eventualmente fiebre y malestar, leves y transitorios.
Laura y Eloisa
Fuente: "Guia de Atención enfermera en vacunaciones" Autor: Juan Francisco Rufino González
Fuente: "Guia de Atención enfermera en vacunaciones" Autor: Juan Francisco Rufino González
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