En ésta sociedad de consumo que nos rodea, hemos podido olvidar la esencia real de la navidad: estar con la familia, compartir, pensar en los demas e intentar ser solidarios y generosos. Algo realmente difícil de conseguir,aunque no imposible. Nos importa más lo que vamos a cenar, las compras que tenemos que hacer, o no quedar mal con tal y cual, que pasar más tiempo con aquellos que realmente nos importan y a los que nada tenemos que demostrar, porque ya sabemos que nos quieren. Si además estamos cuidando a un familiar, seguro que lo que más le importa a el o ella es tenerte cerca, que le hables , que recuerdes momentos entrañables de vuestra vida en común, más que lo que vayas a cocinarle o el regalo que le vayas a hacer y que quizás ni lo necesite.
Es dificil cambiar hábitos en la sociedad de consumo en que vivimos, por eso un propósito para ésta navidad de parte del familiar que cuidas con tanto esfuerzo, podría ser: siéntate a su lado, apaga el televisor y háblale. Háblale como hacían nuestras abuelas con nosotros, desde dentro, con el corazón y regálale una sonrisa. Ya verás cómo van floreciendo recuerdos y momentos entrañables de toda una vida que os aportaran más gratificaciones que todos los regalos que recibáis, y arrancaran de vuestro interior algo tan sencillo que solemos olvidar y que nada cuesta, pero que tiene un gran valor: una "sonrisa". Con una sonrisa podrás decirle te comprendo, te necesito, te puedo ayudar, te quiero....ni una palabra, un sólo gesto, pero muchos significados. Porque no existe nada tan difícil que no pueda decirse con una sonrisa.
Por eso, mis deseos para éstas fiestas, de parte de todas aquellas personas que dependen de nosotros y que necesitan saberse queridos es:
"El mejor regalo...una sonrisa"
Laura.-
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