Eso me ha ocurrido con Felipe, un paciente anciano de aspecto, pero jóven en su interior. Hace años le publicaron un libro de poesías y él ha seguido escribiendo a diario en pequeñas cuartillas de cuadritos de las que conserva un montón, con una letra difícil de entender pero con mucho significado . Le escribe al mar, a la lluvia, al otoño o la primavera, y se lo dedica a sus familiares, pero ésta semana cuando fuí a ponerle su" Metotrexate" semanal, me sorprendió que, a cambio, me dedicaba una poesía a mi, a su enfermera. Un bonito detalle que me ha llegado al corazón. Con su permiso la comparto con vosotros:
La alegría del jardinero
"Eres rosa tan hermosa,
la más linda y primorosa
del más frondoso rosal,
donde la fiel mariposa,
cada vez que en tí se posa
se le olvida hasta el volar.
Esa flor maravillosa
que se prodiga en amores,
en el vergel es la diosa,
embrujo de mariposa
que atrae con sus primores.
y su aroma contagiosa.
Mi gentil floricultora
que cuida tan bellas flores,
para mi es un honor
el cariñoso fervor
con que me cuidas tu ahora"
- Felipe Agua Pérez -
Existen muchas formas de seguir sintiéndonos útiles cuando el físico ya no nos quiere acompañar. Gracias Felipe, por ser tú un ejemplo.
Laura.-
Laura.-
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