Es propio del ser humano desear lo que no tiene. Desde niños se nos antoja el juguete de nuestro hermano, más aún si es su preferido, nos gusta más el bocadillo del compañero de clase, la ropa de nuestra mejor amiga, el móvil, la tablet,.... en definitiva, objetos, pertenencias que deseamos tener por el simple hecho de que no son nuestras, objetos que pierden parte de su valor cuando llegan a ser de nuestra propiedad, pues en la mayoría de los casos nos cansamos de ellas y pierden el interés que sentíamos al principio. Esto no supone ningún problema siempre y cuando el deseo se quede en un capricho y no dañe a nadie y siempre que no se convierta para nosotros en una obsesión. Las personas somos capaces de hacer lo imposible por conseguir algo que nos parece inalcanzable y cuando conseguimos tenerlo, nos sorprende comprobar que el deseo se va apagando, porque ya nos pertenece.
El problema surge cuando este sentimiento se tiene con un ser humano, cuando a la persona que se tiene al lado se le da el mismo trato que si fuera un objeto, lo deseas y ansías que te pertenezca, y cuando ya lo has conseguido, le restas valor, tu egoismo te impide verla y sentirla como una persona; se convierte en tu posesión, un objeto que te pertenece y del que puedes disponer como y cuando te apetezca; te sientes su dueño y poco a poco le vas robando su mayor tesoro, su libertad.
Amar a alguien no significa posesión, no da ningún derecho sobre las personas, no significa que puedas privarlo de su libertad, pues la libertad es el mayor tesoro que una persona puede tener. Amar a alguien es darle alas para volar y disfrutar con su vuelo, es querer hacerlo feliz por encima de todo, incluso de ti mismo; el amor es entrega y generosidad, no es egoísmo, el amor es respeto, es tratar a tu ser querido como desearías que te trataran a ti.
Esta semana en la Barriada La Luz de Málaga, mi lugar de trabajo, se ha cometido un crimen horrible. Un hombre ha acabado con la vida de su mujer y de su hijo de 5 años. Los motivos que lo hayan llevado a cometer tal crueldad solo el los sabrá, pero el resto del mundo puede imaginarlos con sólo oír sus palabras: "Si no eres para mi, no serás para nadie"; quiso acabar con dos de los tesoros mas preciados que su mujer poseía, con su hijo y con su libertad, y todo porque el ya no podía ser su dueño, su amo y señor, y no podía permitir que nadie pudiera robarle lo que era suyo.
Esta semana estamos de luto en nuestro barrio y también en nuestro Centro de Salud, desde donde queremos rendirle homenaje a Estefanía y Aaron a quienes un asesino les robó la vida; un asesino que jamás podrá borrar los bellos recuerdos que ambos, madre e hijo, han dejado en sus seres queridos, ni tampoco podrá robarles las alas con las que ahora y siempre volaran en su cielo. Descansa en paz Estefanía y cuida al angel que siempre volará contigo, tu hijo Aarón.
" El hombre es libre, tiene que ser libre. Su primera virtud, su gran hermosura, su gran amor es la libertad". Juan Ramón Jimenez.-
Laura.- Centro de Salud la Luz.-
Esta carta solo la puede escribir persona que piensa con el corazón y en cuyo interior no anida el odio.
ResponderEliminarEnhorabuena
Gracias por tus palabras
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