lunes, 21 de abril de 2014

La Enfermedad de Parkinson

Consiste en un desorden crónico y degenerativo de una de las partes del cerebro que controla el sistema motor, y se manifiesta con una pérdida progresiva de la capacidad de coordinar los movimientos.
Se produce cuando las neuronas de la sustancia negra del mesencéfalo, que es la zona que controla el movimiento, mueren o sufren algún deterioro. Como consecuencia de ésta pérdida de neuronas, hay una falta de producción en el cerebro de una sustancia química llamada dopamina, responsable de ayudar a los movimientos del cuerpo y de regular el estado de ánimo de una persona.

Causas

De momento no se conoce la causa de esta enfermedad, excepto los casos producidos por traumatismos, drogodependencias y algunos medicamentos.
Lo que sí es seguro es que no tiene una causa única, existiendo casos familiares con anomalías genéticas conocidas y otros casos en los que determinados factores genéticos y ambientales son los responsables de la muerte neuronal.
Es una enfermedad muy complicada, que crea conflictos muy duros, ya que las personas que conviven con el enfermo tienen que adaptarse al “on-off” o “encendido-apagado de los pacientes.

Síntomas

Es una enfermedad progresiva en la que la evolución varía, de forma que en algunos pacientes el proceso neurodegenerativo progresa muy lentamente mientras que en otros puede ser más rápido.
Los primeros síntomas son leves y con el paso del tiempo se van haciendo cada vez más notorios.
Cuadro inicial
  •      Empieza con dolores en las articulaciones, dificultad para realizar movimientos y agotamiento.
  •      La caligrafía empieza a cambiar, se vuelve pequeña e irregular.
  •       En el 80% de los pacientes los síntomas comienzan en un solo lado del cuerpo y luego se generalizan.
  •      El carácter varía, siendo habitual la irritabilidad o la depresión sin causa aparente
Todos estos síntomas pueden perdurar mucho tiempo antes de que aparezcan los signos clásicos que confirman el desarrollo de la enfermedad.

Síntomas típicos
  • Temblor: movimiento rítmico hacia atrás y hacia adelante. Comienza en las manos, aunque a veces afecta primero al pie o a la mandíbula. Se agudiza en reposo y tiende a desaparecer durante el sueño. Puede afectar sólo a un lado o a una parte del cuerpo.
  • Rigidez: resistencia o falta de flexibilidad muscular, los brazos no se mueven al caminar y los pies se quedan como “pegados” al suelo.
  • Bradicinesia: pérdida de movimiento espontáneo y automático que da lugar a lentitud en todas las acciones. Es el síntoma más incapacitante ya que el paciente no puede realizar con rapidez movimientos habituales que antes eran casi mecánicos.
  • Inestabilidad: hace que los enfermos se inclinen hacia delante o hacia atrás y se caigan con facilidad. El enfermo da pasos cortos y rápidos para mantener el equilibrio, o se queda literalmente “plantado” a mitad de camino, sin poder moverse (el on-off, al que nos referíamos anteriormente).
Síntomas secundarios
Aunque no afectan a todos los enfermos, provocan trastornos importantes ya que empeoran los síntomas principales y agravan las condiciones físicas y psicológicas del paciente:
  • Depresión: puede aparecer incluso antes que los síntomas principales y empeora con los fármacos utilizados para combatir esta patología, aunque pueden frenarla.
  • Tragar y masticar: el mal funcionamiento de los músculos dificulta esta tarea cotidiana, aumentando la acumulación de saliva y de alimentos en la boca. Esto va a producir atragantamientos y babeo.
  • Dicción: hablar en voz baja, dudar antes de hablar, repetir las palabras o hablar demasiado rápido.
  • Pérdida de olfato: problemas al oler ciertos alimentos, como los plátanos, pepinillos en vinagre o la canela.
  • Problemas urinarios: tanto incontinencia como dificulta para orinar, debido a las deficiencias del sistema nervioso.
  • Estreñimiento: debido a la lentitud progresiva de los músculos intestinales y abdominales, aunque también influyen la dieta y la escasa actividad física.
  • Trastornos del sueño: somnolencia y pesadillas y movimientos repentinos durante el sueño profundo
  • Rostro: pierde expresividad y aparece la llamada “cara de póker o máscara” por la falta de expresión de los músculos de la cara. Dificultad para mantener la boca cerrada y parpadear.
  • Encorvamiento de la espalda: al pararse o estar de pie.
  • Acinesia: inmovilidad total que aparece de improviso, fenómeno llamado “imantación” y que puede durar desde unos minutos a una hora.
Diagnóstico

Es una enfermedad que se diagnostica por la clínica.
Su inicio se puede confundir con los síntomas de otras patologías, lo que puede dificultar el diagnóstico precoz.
La mejor manera de detectar esta patología es con la observación por parte del médico y de los familiares del enfermo, pues el contacto permanente permite confirmar la continuidad o la progresión de los síntomas además de los cambios físicos y emocionales que pueda presentar el paciente.
La realización de pruebas complementarias, como análisis de sangre, resonancia magnética….no es imprescindible, pero en determinados casos pueden ayudar a confirmar la sospecha y diferenciar la enfermedad de Parkinson de otros procesos con síntomas parecidos.
El Parkinson afecta igual a hombres que a mujeres y la media de inicio de los síntomas es a partir de los 50 años. Sin embargo, existen cada vez más casos de Parkinson precoz, y se estima que cerca del 10 % de los pacientes tienen menos de 40 años.
Es esencial el diagnóstico precoz ya que en cada caso se va a requerir un tratamiento diferente.

Tratamiento

El Parkinson es una enfermedad crónica que, de momento, no tiene curación.
El objetivo del tratamiento es frenar la progresión de la enfermedad y controlar los síntomas y los efectos secundarios que producen los fármacos que se usan para combatirla.
El tratamiento fundamental es reponer la dopamina que le falta al cerebro, pero esta no puede administrarse directamente ya que no puede pasar la barrera entre la sangre y el cerebro. Por tanto se han desarrollado una serie de fármacos que favorecen la producción de esta sustancia o retrasan su deterioro. Estos fármacos se administran según la gravedad de los síntomas.
En las primeras etapas, cuando los síntomas son leves, se utilizan fármacos menos potentes, como los anticolinérgicos.
Cuando va pasando el tiempo, los resultados de los medicamentos van disminuyendo en los pacientes, y se hace necesario para los casos severos y avanzados utilizar la levodopa que es el fármaco más potente hasta el momento para tratar esta enfermedad. Pero, la administración durante mucho tiempo de la levodopa va a favorecer la aparición de complicaciones motoras: períodos de mala y buena movilidad, movimientos involuntarios…, para lo cual se han desarrollado fármacos que consiguen mejorar esta situación.
A la primera etapa de la enfermedad de Parkinson se la conoce como "luna de miel"y es cuando ésta acaba cuando la situación se complica. Por eso las líneas de investigación van dirigidas a buscar tratamientos para los pacientes que ya han atravesado esa “luna de miel”, y que no responden ya al tratamiento farmacológico. Entre ellos está la cirugía, que lo que pretende es actuar sobre la parte dañada del cerebro. Solo está indicada en un 5% de los pacientes y es efectiva si están bien seleccionados. El tratamiento con apomorfina y la administración de dopamina a través de una sonda instalada en el duodeno, son otras de las alternativas de tratamiento.

Rehabilitación física

Lo que no deben nunca olvidar los cuidadores de pacientes con enfermedad de Parkinson es que uno de los aspectos más importantes del tratamiento de la enfermedad consiste en el mantenimiento del tono muscular y de las funciones motoras del paciente, por lo que es esencial la actividad física diaria, además de la realización de determinados ejercicios que pueden ayudar a mantener la movilidad de los miembros y fortalecer los músculos que generalmente se ven más afectados.
Este vídeo-tutorial de estudiantes de Fisioterapia de la Universidad Miguel Hernandez de Elche muestra diferentes técnicas, útiles en la práctica diaria en casa, para pacientes con Parkinson, ya sea con la ayuda de un cuidador o sin ella.
Laura.-


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