martes, 28 de abril de 2015

El Reflujo Gastroesofágico

Consiste en el paso del contenido gástrico desde el estómago hasta el esófago produciendo irritación a este nivel.
Esto no es siempre patológico ya que también se produce en personas sanas, en las que el reflujo es esporádico, el tiempo de contacto del contenido gástrico con el esófago es breve y el esófago es resistente. El reflujo se considera patológico cuando alguno de estos factores se altera y se producen síntomas o inflamación del esófago.


Cuáles son las causas
  • Alteración a nivel del esfínter esofágico inferior: es un anillo que está en la
    unión del esófago con el estómago y que permanece cerrado para que el contenido del estómago no regrese al esófago de nuevo. Cuando este esfínter se altera, se debilita o relaja, no cumple su función, y el contenido del estómago refluye hacia el esófago.
  • Alteración del aclaramiento esofágico: capacidad del esófago para vaciar de forma rápida y completa el contenido refluido del estómago.
  • Alteración de la resistencia de la mucosa: el esófago no puede soportar los factores agresivos y aparecen lesiones
  • Hernias de hiato: pueden provocar que el ácido estomacal circule hacia arriba a través de la apertura, aunque en la mayoría de las ocasiones no se producen síntomas
  • Otros factores: como la obesidad, el embarazo, ciertos medicamentos y fumar o inhalar humo de otros fumadores.
Cuáles son los síntomas
  • Acidez o pirosis: es el síntoma más frecuente. Es la sensación de quemazón o dolor a nivel del esternón que aumenta tras comidas abundantes y si la persona se tumba
  • Regurgitación del contenido del estómago a la boca
  • Dificultad para tragar
  • Dolor en el tórax o en la parte superior del abdomen
  • Eructos, mal aliento, sensación de pesadez después de comer,  náuseas, hipo.
  • Dolor de garganta, ronquera o laringitis (inflamación e irritación de la laringe)
  • Alteraciones respiratorias: tos nocturna, sibilancias, asma y neumonía recurrente, etc
Cómo se diagnostica

Se realiza sobre todo con la historia clínica del paciente, con la descripción de sus síntomas. Si está claro el diagnóstico, se pone directamente tratamiento sin necesidad de hacer más estudios.
Si los síntomas no están claros o se sospechan complicaciones, se realizarán pruebas diagnósticas:
  • pHmetría: consiste en medir el pH del esófago para ver si existe reflujo. Se realiza con una sonda en cuyo extremo hay un electrodo que evalúa la acidez presente en el esófago.
  • Endoscopia: valora la intensidad del reflujo y sus consecuencias sobre la mucosa del esófago. Se introduce un tubo flexible con un cámara que permite ver el interior del tracto digestivo.
  • Manometría esofágica: mide las contracciones musculares del esófago y valora si el reflujo se debe a debilidad del músculo del esfínter.
Cuáles son las complicaciones

Si el reflujo no se trata, con el tiempo puede causar graves complicaciones:

  • Esofagitis: es la irritación del esófago debida al ácido que refluye del estómago. Puede causar además sangrado o úlceras
  • Esófago de Barret: el revestimiento de tejido del esófago es reemplazado por tejido similar al revestimiento del estómago para soportar mejor la acidez. Este proceso de cambio se llama metaplasia y tiene un carácter premaligno pues el riesgo de padecer un cáncer de esófago es 50 veces superior en estos pacientes.
  • Ulcera esofágica
  • Hemorragia digestiva
  • Contracciones que provocan dificultades para tragar
  • Problemas respiratorios, como dificultad para respirar
Cómo se trata

Los objetivos del tratamiento son: alivio de los síntomas, curar la esofagitis y evitar las complicaciones del reflujo.
Para ello, según la gravedad, el tratamiento puede implicar lo siguiente:

Cambios en el estilo de vida
  • Elevar la cabecera de la cama o dormir con más de una almohada
  • Bajar de peso si existe obesidad, para reducir la presión intraabdominal
  • Evitar prendas que compriman el abdomen
  • Evitar las comidas copiosas y no acostarse inmediatamente después de ingerir alimentos
  • Realizar cambios en la alimentación: aumentar las proteínas, disminuir consumo de grasas, alcohol, chocolate, café…y evitar alimentos que causen síntomas
  • Evitar fumar y estar con personas que fumen
  • Procurar no tomar medicamentos que relajen el esfínter, como los relajantes musculares, entre otros.
Medicamentos

Su finalidad es inhibir la secreción ácida del estómago para que el reflujo no sea agresivo.
Existen muchos fármacos y según la intensidad de los síntomas estarán indicados unos u otros. 
Consulte siempre con su médico antes de iniciar un tratamiento.

Cirugía

Está indicada cuando no se pueden controlar los síntomas graves a través de los medicamentos o los cambios en el estilo de vida.

                                                  Laura.-

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