miércoles, 11 de abril de 2012

" El Día que conocimos a Ana Alba" : una Cuidadora con Luz



La conocimos un día cualquiera de un año cualquiera, no importa el motivo, pero aquel día dejó de ser un día más para ser "el Día que conocimos a Ana". Ella hizo que ese día, del que no recordamos la fecha, llegara a ser inolvidable para nosotros por la magnitud de sensaciones y sentimientos que con ella compartimos y que nos llegaron al corazón.
Ojos vivos y mirada inteligente y una forma de trasmitir su energía que nos cautivó al momento de conocerla.
Hay quien nace especial y quien se hace especial por las circunstancias que rodean su vida. En Ana confluyen ambas características.
Decidida, segura de sí misma y sobre todo valiente, no duda ni un solo instante en lo que hace, porque sabe que lo que hace es lo mejor para su hijo, ella y solo ella se ha preocupado en aprenderlo, y lo ha aprendido muy bien.
Su hijo Alberto padece una extraña enfermedad desde los 6 meses de vida y sólo puede mover los ojos y con sus ojos se comunica con su madre y a través de ella con el mundo. Si los ojos son el espejo del alma, en Alberto sus ojos lo son todo. Con sus ojos habla, canta, ríe, juega, sueña y siente. Con sus ojos vive y su madre es la que transmite esos sentimientos al exterior, la que entiende cada movimiento, cada pestañeo y cada brillo que desprende a través de su mirada. Hay tanta complicidad entre ambos y es tan fuerte el lazo que los une que se diría que son una sola persona.
Ana ejerce de madre y cuidadora con orgullo y dignidad sabiendo que el papel que desempeña sólo ella puede hacerlo y además lo desea hacer. Porque aunque es verdad que le hubiera gustado que su situación fuera diferente, ha aprendido no solo a vivir con ella, sino también a ser feliz dentro de sus difíciles circunstancias personales. Y lo ha conseguido, y es lo que la hace ser especial; porque cuando conoces a Ana, te enamoras de la serenidad que transmite, de su desbordante generosidad y de la energía que irradia, pero sobre todo quedarás admirado por la grandeza de su espíritu.
Desde el Centro de Salud La Luz, nuestra más sincera admiración.
                                                                   Laura.-

4 comentarios:

  1. tenemos tanto que aprender de personas como ella, que es bueno que se publique y se de a conocer su fortaleza y alegria. Gracias Laura por mostrarnosla
    rememontañez

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  2. Gracias a ti tambien Reme, por tu apoyo y por tus palabras siempre tan alentadoras y constructivas.

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  3. Admiro a Ana, gran mujer y madre. Me gustaria conocer a Alberto y a Ana

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  4. Hola,soy Ana,solo quiero decir que no me considero mas que nadie,y la que es madre creo que lo entendera...

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