La conocimos un día cualquiera de un año cualquiera, no importa el motivo, pero aquel día dejó de ser un día más para ser "el Día que conocimos a Ana". Ella hizo que ese día, del que no recordamos la fecha, llegara a ser inolvidable para nosotros por la magnitud de sensaciones y sentimientos que con ella compartimos y que nos llegaron al corazón.
Ojos vivos y mirada inteligente y una forma de trasmitir su
energía que nos cautivó al momento de conocerla.
Hay quien nace especial y quien se hace especial por las
circunstancias que rodean su vida. En Ana confluyen ambas características.
Decidida, segura de sí misma y sobre todo valiente, no duda
ni un solo instante en lo que hace, porque sabe que lo que hace es lo mejor
para su hijo, ella y solo ella se ha preocupado en aprenderlo, y lo ha aprendido muy bien.
Su hijo Alberto padece una extraña enfermedad desde los 6 meses de
vida y sólo puede mover los ojos y con sus ojos se comunica con su madre y a
través de ella con el mundo. Si los ojos son el espejo del alma, en Alberto sus
ojos lo son todo. Con sus ojos habla, canta, ríe, juega, sueña y siente. Con
sus ojos vive y su madre es la que transmite esos sentimientos al exterior, la
que entiende cada movimiento, cada pestañeo y cada brillo que desprende a
través de su mirada. Hay tanta complicidad entre ambos y es tan fuerte el lazo
que los une que se diría que son una sola persona.
Ana ejerce de madre y cuidadora con orgullo y dignidad
sabiendo que el papel que desempeña sólo ella puede hacerlo y además lo desea
hacer. Porque aunque es verdad que le hubiera gustado que su situación fuera
diferente, ha aprendido no solo a vivir con ella, sino también a ser feliz
dentro de sus difíciles circunstancias personales. Y lo ha conseguido, y es lo
que la hace ser especial; porque cuando conoces a Ana, te enamoras de la
serenidad que transmite, de su
desbordante generosidad y de la energía
que irradia, pero sobre todo quedarás admirado por la grandeza de su espíritu.
Desde el Centro de Salud La Luz, nuestra más sincera
admiración.
Laura.-
tenemos tanto que aprender de personas como ella, que es bueno que se publique y se de a conocer su fortaleza y alegria. Gracias Laura por mostrarnosla
ResponderEliminarrememontañez
Gracias a ti tambien Reme, por tu apoyo y por tus palabras siempre tan alentadoras y constructivas.
ResponderEliminarAdmiro a Ana, gran mujer y madre. Me gustaria conocer a Alberto y a Ana
ResponderEliminarHola,soy Ana,solo quiero decir que no me considero mas que nadie,y la que es madre creo que lo entendera...
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