Cuando yo era niña, conocí a un hombre muy especial. Era un hombre amable, cariñoso, bondadoso, siempre dispuesto a ayudar a los demás. Era un hombre feliz.
Fui creciendo y ese hombre también se fue haciendo mayor. Un día ese hombre dejó de escuchar, y su mundo se volvió silencioso. Pero él seguía siendo feliz, aún podía ver lo que ocurría a su alrededor, a su mujer y a sus hijos. Hasta que otro día, Dios quiso que también dejara de ver, y su mundo se oscureció, se volvió más triste y gris. Pero él podía seguir siendo feliz, porque aún podía sentir lo que ocurría a su alrededor; seguía teniendo sus manos para tocar y sentir todo el amor que le ofrecían los suyos.
Ese hombre que escuchaba a través de sus manos y veía con los ojos del alma, ese hombre era mi padre, y podía sentirse feliz porque estaba junto a mi madre que lo cuidaba con todo su amor; y con esa entrega lo cuidó hasta el último de sus días.
Hoy hace 16 años que falleció y desde entonces no ha pasado un solo día que no piense en él y me sienta orgullosa de ser su hija.
Antes de perder la vista, mi padre escribió una poesía que reflejaba su triste realidad, aunque él jamás dejó de ver con los ojos del alma. Dice así:
Los ojos del alma (6/9/1982)
Todos los días me despierto
con mi corazón en la ventana
queriendo ver el cielo
con los colores del alba,
queriendo ver el sol
y los pájaros que cantan,
las azules aguas del mar
y la blanca nieve en la montaña.
Todos los días me levanto
con mi corazón en la ventana
esperando ver la luz
y los campos de esmeralda
y las flores de mi jardín
llenas de vida y esperanza.
Pero mis ojos sólo ven
la triste oscuridad de mi alma.
Francisco Reyes Aguirre
Aún así, mi padre fue un ejemplo durante más de 10 años de oscuridad y silencio, de que podemos sentirnos bien, aunque la realidad que vivamos sea difícil.
Laura.-
Laura.-
Siénte orgullosa de tu padre. Seguro que él se sintió orgulloso de ti.
ResponderEliminarJoseantonio Trujillo
ejemplo de persona ejemplar, en estos tiempos en los que por mucho que tengamos nos parece poco y no esta ahí la felicidad, es más sencillo ¿verdad?
ResponderEliminarrememontanez
Tus manos fueron unos ojos para él durante mucho tiempo, y también esas manos lo cuidaron con mucho cariño, haciendo que su día a día fuera menos oscuro.
ResponderEliminarHay mucho de él en tí, gracias por regalarnos tantas cosas bonitas y nunca dejar de cuidarnos.
Beatriz.
no se que decirte,pero es para estar orgullosa de la hija que fuiste y la gran persona que eres, siempre con esa alegria y esas ganas de hacer feliz a todos, seguro que tu padre fue muy feliz esos años contigo a su lado y su familia
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