jueves, 5 de noviembre de 2015

¿Afecta el clima al estado de ánimo?

Todos somos conscientes de que el clima influye en nuestro estado de ánimo. De hecho, a la mayoría nos
afecta en cierto modo la llegada del calor o los días lluviosos, los días soleados o los días grises….
Cuando nos despertamos por la mañana y vemos que hace un día soleado, empezamos el día con mejor humor. De igual forma, cuando nos despertamos y vemos que es un día lluvioso, empezamos el día quejándonos y de mal humor porque queremos sol. ¿Quiere esto decir que:

¿El clima afecta a nuestro estado de ánimo?

La respuesta es sí. Nuestro estado anímico está influido por muchas variables con las que estamos en contacto, como las personas que nos rodean, nuestras obligaciones, nuestra situación personal, laboral…y, el clima, es una de esas variables con la que estamos en constante contacto. Obviamente a todos no nos afecta por igual, hay gente que es más vulnerables y les afecta más, igual que hay personas a las que apenas les influye.
Por naturaleza, el ser humano está preparado para buscar un confort climático y cuando se producen cambios, sobre todo si estos son bruscos, provocan una desestabilización del organismo.  Este desequilibrio se muestra a veces a través del estado de ánimo y puede ocurrir que en algunas personas aparezcan síntomas de depresión. Esto es lo que llamamos el TAE o trastorno afectivo estacional, que es un tipo de depresión asociada a los cambios estacionales con cambios de humor pronunciados.
El trastorno afectivo estacional es poco común,  pero desde hace tiempo se ha establecido como un problema psicológico real. Muchas personas tienen una aversión real para el invierno, lo cual puede bajarles el ánimo, pero esto no es nada en comparación con lo que padecen los individuos diagnosticados de TAE. La depresión estacional recurrente, por lo general comienza durante el otoño o el invierno y desaparece durante la primavera.
Es un tipo de depresión, que se caracteriza por cambios de humor graves durante las épocas que hay poca luz solar. Algunos de sus síntomas típicos son la tristeza, la ansiedad, el pesimismo, sentimiento de culpa, irritabilidad, pérdida de interés generalizado, cansancio, poca energía, dificultad para concentrarse, insomnio, cambios de peso, etc… y también pueden existir otros síntomas más atípicos, como la mayor duración del sueño y el deseo de carbohidratos. Los síntomas cognitivos, como la memoria y el deterioro del aprendizaje, también pueden estar presentes.
Se ha podido comprobar cómo la exposición a la luz solar mejora inmediatamente el estado de ánimo y la cognición, y esto se ha observado no sólo en las personas con TAE, sino también en las personas diagnosticadas con otras formas de depresión.
El calor y el sol nos transmiten buen humor y eso hace que estemos con un estado anímico más agradable, que estemos más receptivos con los demás, más sonrientes, etc. Se ha demostrado que las temperaturas cálidas y las horas de sol bajan los niveles de ansiedad y aumentan el pensamiento positivo. De manera contraria, mucha humedad, dificulta la concentración y aumenta la fatiga.
Así mismo, también se ha podido comprobar que un clima extremo puede afectar significativamente a nuestro estado de ánimo. Las temperaturas extremas aumentan el estrés y pueden provocar un aumento de las situaciones conflictivas; lo mejor para nuestro estado de ánimo es un clima templado, pues los inviernos suaves y los veranos más fríos hacen que sea fácil de conseguir disfrutar del aire libre durante todo el año, no solo porque facilitan la actividad física, sino porque pasar tiempo al sol disminuye el estrés y aumenta el bienestar.

Pero, ¿Por qué produce este efecto el sol?

La exposición a la luz solar nos aporta vitamina D y ésta afecta a los sistemas hormonales, produciendo una modificación de nuestro sistema endocrino que es el encargado de producir hormonas, como la melatonina o la serotonina.

Estas hormonas nos hacen sentir sensaciones agradables y nos provocan una mayor motivación por realizar actividades sociales. Los cambios en su nivel influyen sustancialmente no sólo a nuestra función cerebral, sino también a nuestra percepción general del medio ambiente y de la gente que nos rodea.
La serotonina está en parte condicionada por la luz solar, ya que disminuye al atardecer y aumenta al amanecer. Tiene una función importante en la inhibición de la ira, la agresividad, el humor, el sueño… Es por eso que a niveles bajos de serotonina nos sentiremos más apáticos, tristes, enfadados…y a niveles más elevados, nos sentiremos más alegres, felices y eufóricos. En las estaciones como el otoño y el invierno, las horas de luz son menores y hay más días grises o lluviosos, por tanto la cantidad de serotonina liberada es más baja y por eso solemos estar más apáticos. A diferencia, cuando llega la primavera y el verano, aumentan las horas de exposición a la luz solar, hay menos días grises y, de esta forma, se libera mayor cantidad de serotonina y estamos más felices.

¿Cómo puedo prevenir estos síntomas?

En el trastorno afectivo estacional, la persona se tendría que someter a tratamiento durante diferentes estaciones para poder poner en práctica herramientas psicológicas que le ayuden a prevenir esos cambios estacionales.
Además, en el TAE, los cambios de ánimo estacionales suelen estar asociados a algunos trastornos de la personalidad, como la bipolaridad y el trastorno límite de la personalidad entre otros, y están relacionados con los niveles de serotonina y también con ciertos componentes genéticos.
Por tanto, lo primero y más importante es diferenciar lo que es y lo que no es una depresión; en el TAE, la depresión se produce por un trastorno del estado de ánimo en el que la persona siente desmotivación, apatía, opresión, tristeza, perdida de interés, insomnio o duerme demasiado, pérdida o exceso de apetito, fatiga, incapacidad para concentrarse y pensamientos negativos recurrentes… durante todo el día y un mínimo de dos semanas; un «bajón», o estado de ánimo bajo debido al clima, dura menos en el tiempo y no llega a afectar a la persona, laboral, social, familiar o emocionalmente de forma grave.
Si una persona sabe que le afectan los cambios de estación, lo mejor es prevenir con bastante tiempo de antelación, tomando las siguientes medidas:
- Cuidar la alimentación escogiendo frutas frescas que aporten vitaminas, frutos secos, soja y todos los alimentos que contengan triptófano.
- Cuidar la respiración, realizando de vez en cuando respiraciones profundas y diafragmáticas
- Tratar de tomar el sol
- Meditar, hacer relajación, cuidar que el entorno y el ambiente de tu hogar sea cálido, luminoso y agradable
- Realizar actividades creativas, dejando libre en tu agenda espacios sólo para ti
- Disfrutar de una buena ducha de forma consciente, prestando atención a las sensaciones agradables
- Salir a hacer deporte al aire libre, conocer gente nueva, aprender algo interesante, practicar en definitiva, esas actividades que sabes que te ayudan a mantenerte de buen humor
- Por otra parte, es importante evitar las sustancias que rompen el equilibrio natural de nuestro cuerpo como la nicotina, el alcohol o el exceso de azúcares y calorías en las comidas.
- Además, prestaremos más atención a nuestros pensamientos, creando de forma intencionada pensamientos positivos como, por ejemplo, pensamientos de agradecimiento y perdón, que nos ayudarán a tener mayor tolerancia al error y a la frustración.
- Finalmente, la clave del éxito está en dialogar con nuestros pensamientos y ofrecernos a nosotros mismos nuevas posibilidades de interpretación que nos ayuden, de tal forma que, en lugar de escondernos y sentirnos tristes, decidamos ¡bailar bajo la lluvia! disfrutando de las sensaciones que esta nos ofrece con nuestros cinco sentidos.

                                                 Laura.-

2 comentarios:

  1. He estado buscando información sobre el Día Mundial del Cuidador (5 de Noviembre) y me ha gustado encontrar vuestro blog y este post que, justamente en este día ofrece información de interés para las cuidadoras. Con seguridad que se realizan muchas acciones para cuidadores y para mayores con demencia que viven en sus casas y en residencias geriátricas de Málaga, aún así creo que la existencia de un blog dedicado específicamente para cuidadoras es muy encomiable. Felicidades.

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  2. Gracias por tus palabras Josep, intentamos hacerlo cada día mejor, aunque aún nos queda mucho camino por recorrer...

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