Ya son varias las entradas que hemos aportado a este blog relacionadas con la demencia en el anciano. Hay muchas razones de peso: la prevalencia de la demencia aumenta a la vez que la edad media de nuestros mayores también lo hace, la sobrecarga que esta enfermedad genera en las personas cuidadoras y las dificultades e inseguridades en su abordaje.
Como
profesionales necesitamos revisar nuestros modelos de atención en demencia, una
de las cronicidades que incluye a pacientes más frágiles, priorizando siempre la dignidad de la persona.
Tanto el profesional de atención primaria como el cuidador, deben intentar empatizar con la persona afectada, tener en cuenta sus
necesidades, sus sentimientos y desarrollar o mantener en la medida de lo
posible su individualidad y autonomía.
Las personas con demencia pierden el sentido del aquí y el
ahora, se desorientan, son conscientes en muchas ocasiones del progresivo
deterioro que sufren, lo que desencadena sentimientos de angustia, confusión,
desconfianza, ira o tristeza. La necesidad de expresar sus emociones, en muchas
ocasiones, se ve truncada por la pérdida progresiva de las capacidades
cognitivas. A menudo encontramos personas con demencia que poseen grandes
dificultades para reproducir o comprender el lenguaje verbal, sin embargo son
capaces de cantar una canción.
Una melodía conocida puede evocar de forma inmediata una
emoción, una sensación o un recuerdo del pasado, devolviendo a la persona con
demencia el sentimiento de identidad, seguridad y familiaridad. El cuidador puede observar
como de repente, escuchando una canción conocida, se despierta en su familiar con demencia un interés extraordinario, una alegría en sus ojos y en sus
gestos que lo sorprenderá. Es la alegría de una mente "dormida" que ya no puede elaborar una frase con sentido y que de pronto siente la satisfacción de ir encadenando sin dificultad las estrofas de una canción.
Conozco a una cuidadora que viendo el interés y la alegría de su familiar escuchando algunas canciones reunió los éxitos musicales de los años de su juventud (años 40 y 50) y que comparto en este enlace: El día que nací yo
Un video de YouTube cuya protagonista es una anciana con Alzheimer que fue bailarina y que despierta al escuchar "El lago de los cisnes" es conmovedor
Os animo a que incorporéis esta terapia en el día a día de vuestro familiar con demencia, porque la música no solo le aportará beneficios al enfermo, también tendrá un efecto positivo en quien lo cuida.
Eloisa