La hipertensión es una enfermedad que puede pasar inadvertida y es más
frecuente a partir de los 40 años, aunque puede aparecer a cualquier edad.
Qué es la hipertensión
Es la elevación de los
niveles de presión arterial de forma
continua o sostenida.
Para entenderlo mejor
es importante definir la presión arterial. El
corazón ejerce presión sobre las arterias para que éstas conduzcan la sangre
hacia los diferentes órganos del cuerpo humano. Esta acción es lo que se conoce
como presión arterial. La presión máxima se obtiene en cada
contracción del corazón y la mínima, con cada relajación.
Por qué es un factor de riesgo
- La hipertensión ocasiona una mayor resistencia para el corazón. Este responde aumentando su masa muscular lo que se conoce como hipertrofia ventricular izquierda, para hacer frente a ese sobreesfuerzo. Este aumento de la masa muscular acaba siendo perjudicial porque puede producir insuficiencia coronaria y angina de pecho. Además, el músculo cardiaco se vuelve más irritable y se pueden producir más arritmias.
- En aquellos pacientes que ya han tenido un problema cardiovascular, la hipertensión puede intensificar el daño.
- Propicia la arterioesclerosis (acúmulos de colesterol en las arterias) y fenómenos de trombosis, se pueden producir infarto de miocardio o infarto cerebral. En el peor de los casos, la hipertensión arterial puede reblandecer las paredes de la aorta y provocar su dilatación (aneurisma) o su rotura que, inevitablemente causa la muerte.
¿Cómo
afecta la presión arterial al cerebro?
Cuando las
arterias se vuelven rígidas y estrechas, el riego sanguíneo resulta
insuficiente y provoca la aparición de infartos cerebrales o ictus cerebral isquémico.
La elevación de la presión arterial también
puede causar la rotura de una arteria y ocasionar una hemorragia cerebral o ictus cerebral hemorrágico.
¿Cómo
afecta la presión arterial a los riñones?
La hipertensión
causa rigidez en las arterias que suministran la sangre a los riñones. Pero
también perjudica al propio riñón, lo que puede desembocar en una insuficiencia renal que incluso
requiera diálisis. Por otro lado, si el riñón resulta dañado se puede producir
un aumento de la presión arterial.
¿Cómo
afecta la presión arterial a otros órganos?
- Si afecta a las arterias de las piernas causa dolor al caminar.
- Si daña las arterias de la retina provoca alteraciones en la visión.
- En los hombres puede ser causa de impotencia.
Diagnóstico
El diagnóstico
se basa en un sencillo procedimiento de medición,
aunque en algunos casos son necesarias otras pruebas. Es imprescindible
completar el estudio con un análisis de
laboratorio (de sangre y orina) y un electrocardiograma.
Para facilitar un diagnóstico es muy importante tener presente estas recomendaciones:
- La hipertensión arterial no produce síntomas y puede pasar inadvertida.
- Es más frecuente a partir de los 40 años, aunque puede aparecer a cualquier edad.
- Hay predisposición familiar, aunque se da también en personas sin antecedentes.
¿Cómo
se mide?
La presión
arterial se mide mediante unos aparatos llamados esfingomanómetros, también llamados tensiómetros, que deben
someterse a las validaciones y homologaciones reglamentarias. Antes de usarlo debe
confirmar que su aparato esté homologado.
Para que la
medida obtenida sea correcta debes seguir una serie de indicaciones:
- Como la presión arterial cambia a lo largo del día y de la noche, haz la medición siempre a la misma hora.
- Busca una habitación tranquila, sin ruidos ni interrupciones, con una temperatura de 20-25º C.
- Debes estar relajado. No beber, comer, fumar ni hacer ejercicio físico la media hora anterior.
- Reposa 5 minutos antes de la toma.
- Siéntate cómodamente con la espalda apoyada en el respaldo de la silla, no cruces las piernas y quítate la ropa que pueda oprimirte el brazo.
- Si el tensiómetro es de brazo, coloca el manguito dos o tres centímetros por encima del codo. Deja la palma de la mano boca arriba y el codo ligeramente flexionado a la altura del corazón.
- Si el tensiómetro es de muñeca, pon la muñequera a la altura del corazón.
- No hables durante la medición.
- Realiza dos mediciones separadas al menos dos minutos y quédate con el resultado de la media de ambas.
- Apunta los valores obtenidos para informar a tu médico y/o enfermera.
Métodos
de medida de la presión arterial
Para la
correcta medición de las cifras de presión arterial se pueden utilizar dos
métodos:
- Método auscultatorio: se hace de forma manual, mediante un estetoscopio y un brazalete inflable conectado a un manómetro que es el aparato que mide la presión.
- Método oscilométrico: es el que utilizan los aparatos automáticos.
Si desea más
información sobre los dispositivos homologados pinche en el siguiente enlace: http://www.dableducational.org/sphygmomanometers/devices_2_sbpm.html#ArmTable
¿Cuáles
son los niveles normales de presión arterial?
- Presión arterial normal: cuando la presión arterial sistólica (máxima) está entre 120-129 mmHg, y la diastólica (mínima) entre 80 y 84 mmHg. Cifras más bajas también pueden considerarse normales, siempre que no provoquen ningún síntoma.
- Presión arterial normal-alta: cuando la presión arterial sistólica (máxima) está entre 130-139 mmHg, y la diastólica (mínima) entre 80-89 mmHg. En personas diabéticas, los niveles superiores a 140/85 mmHg también se consideran altos.
Tratamiento
y prevención
El mejor
tratamiento de la hipertensión es una buena prevención que evite su aparición.
Para ello es fundamental seguir un estilo
de vida cardiosaludable:
- No fumar: el tabaco aumenta la presión arterial y la frecuencia cardiaca.
- Cuidado con el alcohol: el consumo moderado de alcohol (un vaso de vino al día en las comidas) puede ser beneficioso, pero si es excesivo provoca el aumento de la presión arterial y otras alteraciones perjudiciales para el corazón y otros órganos.
- Controlar el peso: el sobrepeso es una causa de hipertensión. Rebajarlo reduce la presión arterial y disminuye el riesgo cardiovascular y de diabetes.
- Hacer ejercicio: la realización de ejercicio físico regular consigue bajar las cifras de presión arterial. Además, aumenta la masa muscular y la capacidad de esfuerzo, ayuda a controlar el peso y logra disminuir el riesgo cardiovascular.
- Practicar una dieta cardiosaludable: los hipertensos deben disminuir el consumo de sal y alimentos que la contengan. También es necesario consumir frutas, verduras, legumbres, frutos secos, pan y otros cereales. Por último, usar aceite de oliva como grasa principal e incrementar la ingesta de aves y pescado en detrimento de las carnes rojas.
- Tratamiento farmacológico: si es hipertenso no se puede conformar con las recomendaciones anteriores, es posible que deba seguir un tratamiento farmacológico. Si es así, debe tener en cuenta los siguientes consejos:
o
Aunque
la presión arterial se haya normalizado no hay que dejar de tomar la medicación
nunca.
o
Cumplir
estrictamente el tratamiento e intentar mantener siempre el horario de ingesta
de las pastillas.
o
Consultar
al médico si el tratamiento no obtiene resultados, ya que a veces es necesario
asociar varios fármacos para controlar la presión arterial.
o
El
tratamiento debe acompañarse siempre con el estilo de vida cardiosaludable.
o
Vigilar
el resto de los factores de riesgo, ya que si no, las buenas cifras de presión
arterial no servirán de mucho.
Laura.-
Fuente:
Fundación Española del Corazón
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