El ocio nocturno alcanza sus picos de actividad en el verano, especialmente en agosto. Cientos y hasta miles de personas abarrotan discotecas, festivales y demás locales. Desde hace unos días han saltado las alarmas y en España son ya más de 50 las denuncias de mujeres que afirman haber recibido pinchazos. Los efectos que las drogas ilegales inoculadas suponen graves riesgos para la salud de la víctima: inhibición de la voluntad, incapacidad para defenderse o tomar decisiones, caída de la presión arterial, pérdida de la consciencia son algunos de los síntomas.
La Enfermería se encuentra en alerta por los problemas que pueden acarrear estos pinchazos. Además, la profesión, a través del Consejo General de Enfermería, ha solicitado al Gobierno endurecer las penas para los agresores por Real Decreto y a crear acciones de vigilancia y prevención específicas contra estos delitos a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Sustancias ilegales
Las primeras investigaciones han detectado que estos pinchazos podrían inyectar sustancias ilegales y, por tanto, que carecen de control sanitario alguno, como el éxtasis líquido, la ketamina o benzodiacepinas, que producen una reacción inmediata en la víctima de pérdida de control y, por tanto, facilidad para el abuso por parte del agresor. Los efectos son intensos pero estas drogas permanecen poco tiempo en el organismo, por lo que detectarlo es complicado si no se actúa con rapidez.
Con el objetivo de dar todas las recomendaciones disponibles para las víctimas y sus acompañantes, el Consejo General de Enfermería pone a disposición de la población una infografía de uso público.
Aquellos pacientes con algunas patologías asociadas a tratamientos farmacológicos pueden tener reacciones adversas frente a estas sustancias, inyectadas sin consentimiento y sin ningún control. También habría que tener en cuenta otras posibles sustancias que hayan consumido voluntariamente, que, al mezclarse con una nueva dosis de otra droga, la persona podría llegar a sufrir una intoxicación mayor.
Además, la Enfermería también subraya que se están utilizando agujas fuera del entorno sanitario, por lo que es posible que no estén desinfectadas o se hayan podido usar con otras personas. Así, dependiendo del estado del material que se está utilizando, la víctima podría llegar a estar expuesta a enfermedades de transmisión sanguínea como el VIH o la hepatitis.
Ante esta situación, desde la profesión enfermera se considera imprescindible que si se siente uno de estos pinchazos (es como un pellizco y suele quedarse un punto rojo en la zona), se pida ayuda rápidamente comunicándolo a amigos/as o al personal de la sala, discoteca o festival en el que se encuentre la persona.
Servicios de emergencias
Además, se debe llamar cuanto antes a los servicios de emergencias y a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado para que acudan lo más rápido posible, así como no dejar sola bajo ningún concepto a la víctima.
Para la institución enfermera, más allá de proteger a la víctima y de crear protocolos específicos para actuar con inmediatez, hay que endurecer los castigos y poner el foco en los atacantes antes de que sea demasiado tarde.
En este sentido, el Colegio de Enfermería de Málaga se suma al Consejo General de Enfermería e insta al Gobierno central, Gobiernos autonómicos, Ministerio de Sanidad y Ministerio de Igualdad a trabajar en común para tomar las medidas necesarias y acabar con una situación que pone en riesgo la libertad de las mujeres.
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